lunes, 26 de mayo de 2014

Un momento eterno.

-Mirame a los ojos o no podré decirlo-
-Okay, pero serán 3 segundos o no podré mantener la mirada fija... Me conoces.
Él tomó un mechon de el pelo de ella que tapa uno de sus ojos mientras ella miraba hacia abajo con una pequeña sonrisa disimulada y ella lo miró.
-Te quiero-
Rápidamente ella escondió su rostro en el cuello de aquel que había pronunciado esas palabras mientras pensaba miles de cosas que solo llevaban a una: ¿y yo lo quiero, lo necesito, me hace bien o ninguna de la anteriores?. Entre estas preguntas y una imagen de la primera vez que él tomo su mano, solo habían pasado 3 segundos. Y sin esperar más e intentando no pensar demasiado las cosas ella respondió:
- Aún no se si confiar en ti... Pero yo igual te quiero- aún con la cara escondida en la comodidad del cuello de él.
El alcanzó la delicada mano de ella que se posaba en su rodilla, la besó y susurro en su oído una frase que ella le habia confesado, le encantaba.
-Yo valoro su sencillo coraje de quererme-(Mario Benedetti)
Ella se estremeció y se enterneció al punto de soltar una lagrimilla por el hecho de que él recordara aquella frase que derretía su corazón tal cual un helado de piña se derrite en el verano.
"Desería que este momento durara 100 años hacia el futuro, pero 1000 hacia el pasado".
Interpreteis este cuento como os parezcais mejor, dejadle el final que a usted mas os guste y goze. Mi final es el verdadero... Pero tan valido como el suyo.
Para ti, que tantos males causaste y tantos bienes me heredaste.

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